Como ya he
escrito antes mi primera opción fue “la normal” ir con una ginecóloga durante 5
meses asistí a mi control con ella, pero al descubrir que tenía un problema en
la espalda me comentó que no podría tener un parto natural y me paso un papel
con los costos de la cesárea, cual es mi
sorpresa que sumando hospital, honorarios de la Dra., anestesiólogo y
demás daba un total de más de Cincuenta mil pesos, además mi abuela tiene el
mismo problema en la espalda y tuvo 6 partos naturales esto me hizo reflexionar
y recordé que en mi adolescencia mi madre había tenido una vecina partera.
Emprendí la búsqueda, que no fue larga ya que ese mismo día encontré a Laura. En la cita ella
respondió todas mis dudas y me dio mucha más confianza y la sentí más humana. Todo
el proceso con Laura fue maravilloso, lo que viví fue único.
En los foros y con amigas que frecuentaba me di
cuenta que sus experiencias no eran nada buenas
al 95% de ellas les habían practicado cesáreas por razones innecesarias,
no las informaron, las asustaron y a la mayoría ni siquiera les dieron la
oportunidad de intentar parir.
Verdaderamente
me aterra solo el hecho de pensar en parir en un hospital, que mejor lugar que
tu hogar, donde tu cuerpo ya está habituado a los organismos que viven ahí, donde
tu mandas porque tu puedes escuchar a tu cuerpo y te sientes cómoda. Sé que el
parto en casa no es para todas, pero si las invito a informarse y buscar
profesionales que sinceramente busquen su bienestar.
De mis tres embarazos me hubieran practicado cesárea:
Primer embarazo: Problemas en la espalda, muy jóven, 38 semanas de gestación, trabajo de parto de 24 horas.
Segundo embarazo: Cordon enredado, bebé muy grande (peso 4 kilos 200 gramos) Problemas en la sangre.(mios)
Tercer embarazo: 41 semanas de gestación, 22 horas de trabajo de parto, baje 7 kilos durante el embarazo.
Así que siempre existira una excusa para hacer cesárea, pero si se informan se darán cuenta que son muy pocas las emergencias en los partos.
Agradezco a mis parteras que siempre estuvierón al pendiente de mi y que sin ellas hubiera terminado en lo común en México.
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