miércoles, 8 de octubre de 2008

La llegada de mi primogénito

Desde pequeña mi madre siempre platicaba con orgullo como yo había nacido, lo orgullosa que estaba de haber tenido un parto natural y la mala experiencia con mi hermano que había sido cesárea por causas de fuerza mayor.
Al paso de los años, conocí a una vecina que era partera norteamericana, justo ahí me involucre en el tema y me declaré a favor del parto natural; sin embargo, cuando me embaracé mi primera opción fue ir con una ginecóloga en un hospital privado. Después de varias consultas me resurgió la idea y decidí platicarle mi sueño de tenerlo de forma natural en mi casa, a lo que ella me respondió que era muy difícil por el papeleo y por la condición de mi espalda (tengo hiperlordosis) además, aclaró que ella no daba ese servicio y que me recomendaba, por mi situación, la cesárea; entonces, empecé a dudar de sus servicios y me dediqué a buscar parteras en el Distrito Federal y lugares donde sí ofrecieran el parto en casa y acuático.
Ese mismo día localicé una partera cerca de mi casa, así que tomé el teléfono e hice una cita. Cuando mi amore y yo llegamos al lugar tenía muchas dudas ya que estaba leyendo un libro sobre el parto natural y los procesos que no se recomiendan durante el mismo. Le hice preguntas como ¿Qué pensaba de la episiotomía?, ¿Qué tipos de parto asistían? Cada vez que contestaba me caía mejor, todo era como queríamos y después de platicarlo en pareja tomamos la decisión: ¡Queríamos un parto acuático en casa!
Algo que me sorprendió de la partera fue ella misma, generalmente tienes la imagen de que una partera es una mujer chaparrita, morenita como traída de algún lugar lejano y ella era todo lo contrario, sus estudios y su experiencia que la avala, nos convencieron de que ella era la correcta para estar en nuestro parto. A partir de ese momento dejé a la ginecóloga y fui a consulta con la partera cada mes y ahí mismo recibí clase de danza árabe para mujeres embarazadas, me inscribí y cada semana asistí; eso me dio la oportunidad de convivir con otras mujeres y con la misma partera que tomaba la clase con nosotros.
Cuando le comenté a mi familia, a la mayoría de mis amigas y conocidos, de esta importante decisión siempre escuchaba lo mismo "¿Estás loca?", "¿Cómo te arriesgas de esa forma?" y cosas por el estilo. Muy pocos me apoyaron con la convicción de que era lo correcto para nosotros y a pesar de todos los comentarios y desaires nunca lo dudé y mi esposo siempre me apoyó.
En el momento menos esperado, faltando dos semanas para llegar a la fecha probable, un veintiocho de septiembre a las siete de la mañana, me despertó una contracción, no me asusté, ya había sentido unas con anterioridad, pero a los quince minutos otra y a los quince minutos otra, como no paraban decidimos llamar a la partera.
Aquel día tenía clase de danza árabe y ella me pidió que fuera pero no lo hice, mejor hicimos una cita para que fuera a la casa. Mientras tanto, para que me relajara mi esposo me "hipnotizó", programándome para que con cada contracción que sintiera, mi cuerpo fluyera y mi mente me llevara a la playa, que en ese momento era lo que más me tranquilizaba.
De repente, se empezaron a espaciar las contracciones y me hablaron unas amigas para consultarme si podían ir a visitarme a lo que accedí con gusto, pensé que me hacía falta distraerme. Mi sorpresa fue que no podía platicar tan a gusto como pensaba por el dolor.
A las cinco de la tarde llegó la partera y mis amigas se fueron. Ella me revisó y comentó que podía estar así durante tres días, "¿qué, qué?" pensé, traté de mantener la calma para no ponerme nerviosa ni estresarme y pregunté: "¿En qué caso tenemos que llamarte?" ella respondió que existían tres situaciones: una, era que se rompiera la bolsa (la fuente); la segunda, que hubiera hemorragia, y la tercera, que tuviera tres contracciones en un lapso de diez minutos.
Nos despedimos y quedamos de mantenernos en contacto, mi amore bajó a dejarla. Cuando subió, me dijo que tenía que ir a comprar muchas cosas porque él creía que nacería ese día y nos hacían falta muchas cosas, así que se marchó y me quedé lavando la ropita del bebé que no teníamos limpia.
A las ocho de la noche regresó con todas las cosas, cenamos, bueno en realidad cené y cada minuto que pasaba las contracciones se hacían más fuertes y frecuentes. Ya no las aguantaba ni parada, ni acostada, ni sentada y de repente recordé que en la clase de baile me había dicho la maestra que sentándote en la pelota de ejercicios las contracciones desaparecen, por lo que fui por la pelota y me senté ¡Santo remedio! disminuyeron al grado que eran casi imperceptibles.
Para sentirme más cómoda, mi amore me puso un disco compacto de música del mar con delfines, prendió un incienso y unas velas, apagó la luz y se quedó conmigo. Dieron las doce y media de la madrugada y las contracciones se presentaban cada cuatro minutos. Le pedí a mi amore que llamara a Laura (la partera), quien llegó a la una cuarenta, me revisó y dijo que tenía nueve centímetros de dilatación, me preguntó si no se había roto la bolsa y le contesté que no. Me pidió que me metiera a la regadera para que me relajará más, ahí estuve por una hora aproximadamente, cuando salí me quede dormida súper a gusto, hasta que una contracción me despertó.
Eran las cuatro de la mañana y decidí meterme a la tina, mi amore se puso a calentar agua, la que salía de la llave no estaba muy caliente. Al entrar, mientras me acomodaba se me rompió la bolsa, por lo que pensé que ya no faltaba mucho, pero me equivoqué. Me cambie de posición como cuatro veces y nada. Me empecé a sentir un poco frustrada y cansada, pero nada me detendría para tener a mi bebé.
Mantuve por un tiempo los ojos cerrados y traté de imaginar como era el proceso para el bebé y cuando los abrí, vi que ya había luz solar, quedé asombrada y fue cuando de forma determinante me dije: o nace o nace, no puedo estar más tiempo aquí, ya estaba exhausta. Después de unos cuantos pujidos, a las siete treinta y cinco de la mañana del veintinueve de septiembre nació mi primer hijo. Su padre lo recibió y la partera en seguida se salió del baño y nos dejó diciendo "Disfruten este momento, su momento", ni siquiera le cortó el cordón umbilical.
Ahí estábamos los tres solos disfrutándonos, llenándonos de amor, cuando súbitamente recordé que no sabíamos el sexo del bebé ¿niño o niña?, mi amore lo vio y me dijo que era niño, no lo podíamos creer estábamos felices.
Después de un tiempo regresó Laura, le cortó el cordón y se lo llevó a medir y a pesar; Mi amore se fue con ella, la asistente se quedó conmigo para terminar el proceso e inesperadamente me sentí muy aliviada, relajada como en otro mundo ¡Me había desmayado! Empecé a oír "¡Nydia, Nydia! pero no quería despertar, estaba muy a gusto, cuando abrí los ojos, vi a mi amore con una cara de susto y lo único que me decían era que viera aquí, allá, esto, aquello…
No dejaban que me relajara, cuando ya me sentí bien, mi amore me ayudó a salir de la tina y ¡pum! que me vuelvo a desmayar esta vez no duró tanto ni me costo tanto trabajo abrir los ojos. Esto sucedió debido a la pérdida de sangre, la cual fue normal, pero tengo un problema para regenerarla, normalmente no lo hago tan rápido como debería, por ello, ni siquiera me dejan donar sangre.
Más tarde, ya recostada en la cama junto a mi bebé, fueron pasando mis familiares más cercanos, que habían estado en la sala desde la una de la mañana, para acompañarme y conocer al nuevo miembro.
Jamás me hubiera sentido tan cómoda en un hospital como me sentí en mi casa y tan feliz de que no me separaran de nuestro bebé. Le agradezco infinitamente a mi amore que siempre me apoyara y no titubeara ni por un momento de tener al bebé en la casa.
La experiencia de tener a mi hijo de forma natural, sin anestesia, en agua y en mi casa fue tan agradable, que así planeo que nazca el segundo bebé.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

GUAU!!! acabo de descubrir tu blog y lo he hecho con esta entrada precisamente que me parece hermosa y maravillosa, yo sueño con poder experimentar algun dia un parto como el que tu describes por eso me hago seguidora y ahora mismo me pongo a leer mas entradas porque esta super interesante tu blog!!!un beso enorme desde http://naceundeseo.blogspot.com/

-Nydia- dijo...

Sagoes,muchas gracias por tus comentarios me alegras el día :)