martes, 18 de octubre de 2011

Colechando



Como casi todas mis aventuras como madre, esta inicia en el 2005 con el nacimiento de mi primer hijo.
Para empezar ya me habían regalado la cuna, que es lo que se usa para dormir al bebé y no puede faltar en una casa con bebé. Desde que nació lo amamantaba y se dormía lo duro venia cuando lo quería acostar pues tenía que hacerlo con mucho cuidado para que no despertara, cosa que la mayoría de las veces pasaba. De hecho hubo ocasiones en las que dormí dentro de la cuna para que durmiera más y más rápido. Seguí todos los consejos desde dejarlo llorar (zape para mi por no investigar primero) hasta ponerle la blusa que traía puesta para que sintiera mi olor.


Después de seis largos meses, investigue y decidí darle una oportunidad al colecho (compartir la cama de papás con los hijos) Esa fue la primer mejor noche que dormí y la última en que acosté a mi bebé en cuna.
La lactancia se vio beneficiada, al igual que mi humor y el de mi bebé. Así que decidimos vender la cuna y que siguiera compartiendo nuestra cama.
Obvio las criticas no se hicieron esperar todo mundo tenía una buena razón para no hacerlo, pero poco sabían de los beneficios que tenía el colechar, a algunos los ignoramos y a los que pudimos los instruimos.
Con el paso del tiempo me embarace y la mayoría pensaba que pasaría a mi hijo a una cama aparte, pero no me pareció lo correcto, mi instinto me decía que era importante darle ese pedazo de atención cuando su hermano nos acompañara en la vida afuera de la panza. Por lo que dejamos de ser 3 en la cama para ser 4.
Cuando mi segundo hijo “Y” tenía un año nos regalaron unas camas y mi hijo mayor “S” quiso explorar y dormir solo, casi todas las noches terminaba pasándose a nuestra cama, al cumplir los dos años “Y”, “S” dejó de dormir con nosotros y regresamos a ser 3 en la cama.” Y” por curiosidad pedía dormir con su hermano y lo dejamos para los seis meses dormían los dos en un cuarto aparte, aunque “Y“ siempre amanecía con nosotros.
Un año más tarde con la llegada de la hermana se detuvieron las visitas y ahora de vez en cuando amanecemos los cinco en la misma cama, otra cuatro y normalmente tres.


Podría hablar de hechos científicos, pero la verdad es que si no me hubiera funcionado, ningún hecho científico me importaría, lo que si les puedo decir es que duermo súper bien, jamás hemos tenido accidentes de aplastar a alguno y ni “S ni “Y” tienen problemas para dormir plácidamente solos en su cama cuando lo quieren.

No hay comentarios: